La ágil caricia de tus sedas era como una primavera perfumada...
Francisco Villaespesa
La justicia no es más que una mercancía pública y el caballero que preside el tribunal ratifica las transacciones.
El niño conoce instintivamente a su amigo y a su enemigo.
Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro, que ese hombre, esa mujer, esa criatura, es mi hermano o mi hermana.
La vida en este mundo es corta como el tiempo pasado al abrigo de las lluvias de invierno.