El que honra a su madre amontona tesoros.
Jesús Ben Sirá
Su franco era el mío. Su voz era como abrazarla.
Cuando dos personas llegan a conocerse bien, su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso, hasta que su antagonismo, sus desilusiones, su aburrimiento mutuo, terminan por matar lo que pued...
Estamos progresando. En la edad media me habrían quemado y ahora se conforman con quemar mis libros.
El arte de un príncipe consiste en hacer el bien personalmente y el mal por segunda mano.