La brilladora lumbre es la alegría; la temerosa sombra es el pesar: ¡Ay!, en la oscura noche de mi alma,
Gustavo Adolfo Bécquer
El humor no debe ser risa. Sí, sonrisa. Y, de ser posible, llanto amargo.
Francia solo admira lo imposible.
Hay mujeres que no saben cocinar, sin embargo, tienen fritos a sus maridos.
A falta de perdón, deja venir el olvido.