Arnold Shönberg: ¡espero que mis alumnos busqu...


¡espero que mis alumnos busquen!. Porque han llegado a saber que se busca solo para buscar. Que el encontrar es, en efecto, la meta, pero que muy a menudo puede significar también el final de esa tensión fructífera. El alumno debe saber que en todo lo que vive está contenido su propio cambio, desarrollo y disolución. La vida y la muerte están ya en el mismo germen. Lo que hay entre ellas es el tiempo. Así, pues, nada esencial, sino solo una medida que se llena necesariamente. Con este ejemplo aprenderá el alumno a conocer lo único que es eterno: el cambio, y lo que es temporal: la permanencia.

Arnold Shönberg


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