Ernest Bornemann: El que sabe, no puede creer. E...

El que sabe, no puede creer. El que cree, no puede saber.
Ernest Bornemann
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Si el ser humano estuviera destinado a pensar, no tendria oídos.
Fue En Los Robles
Fue en Los Robles donde ella, que sabía,
Dijera la verdad. Aquella noche
Estaban dadas todas las estrellas.
Tiempo de suspirar juntas las bocas.
Parpadeaba una luz, alguien volvía...

La fortuna es como un vestido: muy holgado nos embaraza, y muy estrecho nos oprime.

Nunca me he encontrado con alguien tan ignorante de quien no pudiese aprender algo.