Dejemos que el pasado sea el pasado. Homero
Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta.
Ni el hombre más bravo puede luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas.
Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga.
La fortuna es como un vestido: muy holgado nos embaraza, y muy estrecho nos oprime.
Los hombres se cansan más de dormir, cantar, bailar y amar que de hacer la guerra.