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Poemas de marques de sade ( 3 )

Poemas de marques de sade. Encuentra docenas de poemas de marques de sade con fotos para copiar y compartir.


Los días, que en un matrimonio por conveniencia solo traen consigo espinas, hubieran dejado que se abrieran rosas de primavera. Cómo hubiese recogido esos días que ahora aborrezco.


Marqués de Sade


¡El honor! ¡Cómo es posible que otra persona pueda disponer de nuestro honor! ¿No será acaso esto del honor un medio que los hombres hayan empleado para encadenar a las mujeres más fuertemente a ellos?


Marqués de Sade




Legisladores, haced vuestras mancillas menos frecuentes si queréis disminuir la masa de crímenes; una nación que supo hacer un dios del Honor puede derribar sus cadalsos cuando le queda para dirigir a los hombres el freno sagrado de tan hermosa quimera...


Marqués de Sade


Mucho más lo creería si os viera hacer frente a alevosos ataques; la virtud de aquella esposa que no corre nunca el riesgo de ser seducida no es la que sale mejor parada, sino la de esa otra que tan segura se siente de sí misma que, sin temor alguno, se expone a cualquier cosa.


Marqués de Sade


No os extrañe que el hombre se vuelva criminal cuando le degradan, aunque inocente; no os extrañe que prefiera el crimen a las cadenas cuando en una o en otra situación es alcanzado por el oprobio.


Marqués de Sade


Si la naturaleza ha creado al hombre y a la mujer desnudos, es imposible que éstos sientan aversión entre sí o tengan vergüenza de aparecer uno ante el otro desnudos.


Marqués de Sade




Esos colonos presidentes son auténticos rebanadores de cabezas; cortan una nuca con la misma facilidad que una corneja arroja nueces, sea justo o no sea justo, no se paran en mientes; el rigorismo lleva, como la propia Themis, una venda sobre los ojos puesta por la estupidez...


Marqués de Sade


Después de ejercer la justicia durante treinta años, ¿no es razonable que, al menos una vez en vuestra vida, seáis vos su víctima?


Marqués de Sade


Como las ciudades en guerra, todas las mujeres tienen un flanco indefenso. Cuando se les descubre, la plaza se rinde inmediatamente.


Marqués de Sade




¡Cuán preferibles son las palmas de la inmortalidad a los días oscuros y lánguidos que arrastraríamos en la tierra!


Marqués de Sade


Hay algunos rastros de honradez en el alma de los malvados, y la virtud es de tal valor a los ojos de los hombres, que incluso los más corrompidos, están obligados a rendirle homenaje en mil ocasiones de su vida.


Marqués de Sade


No hay cosa más mediocre en el mundo que la posesión de una mujer, amigo mío; quien ha tenido una, ha tenido ciento: la única forma de alejar la monotonía de esos triunfos insípidos, es deberlos solo a la astucia y únicamente sobre los restos de un tropel de prejuicios vencidos pueden encontrarse algunos encantos.


Marqués de Sade


Convengamos en que es completamente imposible que el alma pueda existir sin el cuerpo, y viceversa.


Marqués de Sade




La prosperidad del crimen es como el rayo, cuyos engañosos fuegos solo embellecen un instante la atmósfera para precipitar en los abismos de la muerte al infeliz a quien han deslumbrado


Marqués de Sade


Les preguntamos qué entienden por la palabra alma, ¡Ah!, entonces balbucean, se contradicen: es una sustancia desconocida, una fuerza secreta que se distingue de su cuerpo, es un espíritu, del cual no tienen idea alguna.


Marqués de Sade


Es, sobre una suma de absurdas conjeturas, donde se construye la idea maravillosa e inmortal del alma.


Marqués de Sade


Nada más natural y más simple que creer que el hombre muerto no es nada; nada más extravagante que creer que el hombre muerto vive aún.


Marqués de Sade


La crueldad lejos de ser un vicio es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza.


Marqués de Sade


Es extremadamente raro que con tantos conocimientos alguien sea al mismo tiempo tan amable. He observado casi siempre que las mujeres instruidas tienen en el mundo una cierta rudeza; una especie de afectación que hace que se compre muy caro el placer de su compañía


Marqués de Sade


¿Qué es la existencia sin filosofía? ¿Vale la pena vivir cuando se vive aplastado bajo el yugo de la mentira y de la estupidez?


Marqués de Sade


... un infierno habitado por los de nuestra misma especie, a pesar de todas las torturas, es mucho más deseable que un cielo ocupado por las criaturas monótonas a quienes se nos presenta como modelo de virtud.


Marqués de Sade


Una mujer verdaderamente honrada no solo no debe cometer el mal, sino que tampoco debe levantar sospechas de que lo comete.


Marqués de Sade


El que es celoso de su gloria sufre tantos tormentos como el que la olvida; el uno siempre teme perder este precioso bien; el otro tiembla por su propio descuido.


Marqués de Sade


La falsa virtud que llamamos castidad es seguramente el más ridículo de todos los prejuicios.


Marqués de Sade


Pienso que si existiera un Dios, habría menos maldad en esta tierra. Creo que si el mal existe aquí abajo, entonces fue deseado así por Dios o está fuera de sus poderes evitarlo. Ahora, no puedo temer a un Dios que es o malicioso o débil. Lo reto sin miedo y me preocupan un comino sus rayos


Marqués de Sade


¿Imagináis como es el tiempo que transcurre lejos del ser amado? ¿En el que no se puede oír su voz, en el que no se puede gozar de su mirada? ¿No es pedir a un hombre que exista separado de su alma?


Marqués de Sade




No, no, repito, la castidad no es una virtud, no es más que una convención que tuvo su origen en un refinamiento del libertinaje.


Marqués de Sade


Queréis un heredero, ahí lo tenéis; es la educación la que crea el sentimiento filial, este sentimiento no es natural. ¿Creéis acaso que este hijo del amante, acostumbrado a veros, a llamaros, a quereros como padre no os amará tanto, y aun es posible que más, que si ciertamente fuera vuestro propio hijo?


Marqués de Sade


¿Puede ser honrado el Eterno con la sangre? Y aquellos que para servirle se atreven a sacrificarle hombres, ¿no están, solo por eso, en el error y en el mal camino?


Marqués de Sade


No conoceríamos esos crímenes que son producto de monstruosos abusos, porque es la ley la que engendra los crímenes, y no existiendo leyes no habría crímenes.


Marqués de Sade


Si alguna vez, sin embargo, sois descubiertas hasta el punto de no poder negar vuestra conducta adúltera, jurad que sentís remordimientos y redoblar las atenciones y los mimos a vuestro marido.


Marqués de Sade


Para el orgullo constituye una especie de placer el burlarse de los defectos que no se tienen y ese tipo de satisfacciones resultan tan gratas al hombre y especialmente a los imbéciles, que es muy raro ver que renuncien a él.


Marqués de Sade


Cuando se ama de verdad -decían nuestros antiguos trovadores-, se oiga lo que se oiga, se vea lo que se vea en contra de la amada, no se debe dar crédito ni a los oídos ni a los ojos; hay que escuchar únicamente al corazón.


Marqués de Sade


El pudor es una quimera, único resultado de las costumbres y de la educación. Es, lo que se dice, un hábito.


Marqués de Sade


La igualdad prescrita por la revolución no es si no la venganza del débil sobre el fuerte; es lo que ocurría en otros tiempos en sentido inverso, pero esta reacción es justa, es necesario que a cada uno le llegue su oportunidad.


Marqués de Sade


... ¿no es cierto que cuanto más culto se es, más se saborean los placeres de la voluptuosidad?


Marqués de Sade


Y digo yo: ¿qué valor puede tener para un hombre sensato un sentimiento siempre en contradicción con la naturaleza?


Marqués de Sade


No creo en los hechos sobrenaturales...; no hay causa sin efecto, y lo primero que hago cuando me ocurre algo extraño es buscar la causa.


Marqués de Sade


El peor de todos es un cadalso; la espada es el arma de quien no tiene razón, es el recurso común de la ignorancia y de la estupidez; hace prosélitos, inflama el celo y no convence jamás.


Marqués de Sade


¿No sería infinitamente más sencillo, en una acción tan absolutamente indiferente a la sociedad, tan conforme con Dios, y más útil a la naturaleza de lo que pueda creerse, que se dejara a cada cual obrar a su antojo?


Marqués de Sade