Poemas de pablo cuello ( 3 )
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Solo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.
Pablo Neruda
No hay nada mas interesante que los ojos. ¿Ya miraste a los ojos de la otra persona? De la persona amada y no amada. Del amigo y del conocido. Del jefe y del compañero de trabajo. De un niño y un anciano. Los ojos emiten una energía que es la misma energía del alma, por eso son conocidos como las ventanas del alma. Cuando miro en los ojos y dejo que los otros miren en mis ojos, estoy abriendo puertas hacia un mundo de comprensión y amor.
Pablo Neruda
Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás.
Pablo Neruda
En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
Pablo Neruda
Me piden lo profético que hay en mí, con melancolía y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso.
Pablo Neruda
¿Si quieres puedes? Pero aunque no quieras, nunca desistas; tu puedes ser la respuesta...
Pablo ColÃn
Cuando el amor es algo real e incontrolable; nos entra un miedo indefinible e intolerable, por que así debe ser o así debemos ver; que no hay nada igual a el.
Pablo Colin
Ocurre con la gente de mente pequeña lo mismo que con las botellas de cuello estrecho. Cuanto menos contiene, más ruido hacen al vaciarlas.
Alexander Pope
El elfo cruzó al galope el foso helado, cabalgando entre las nubes de vapor que rezumaban de su negro caballo y de lo que se había echado al cuello.
Terry Pratchett
El mejor método para matar gatos, que siempre se aferran tenazmente a la vida: apretarles el cuello en una puerta abierta y tirarles la cola
Franz Kafka
Los autores del Nuevo Testamento vivieron todos ellos menos de una generación después de la Ascensión de Cristo, y habían visto a nuestro Salvador o habían sido discipulos suyos, con la excepción de San Pablo y San Lucas.
Thomas Hobbes
La verdad no es una ramera que se arroje al cuello de quien no la desea; al contrario, es una beldad tan desdeñosa, que aunque le sacrifiquemos todo nunca podremos estar seguros de sus favores
Arthur Schopenhauer
Si los actores no se estuviesen besando continuamente ante la cámara, se tirarían al cuello para morderse.
Ava Gardner
Se partió en Nicaragua otro hierro caliente, con que el águila daba su señal a la gente, se partió en Nicaragua otra soga con cebo, con que el águila ataba por el cuello al obrero
Silvio RodrÃguez
Solo hay dos cosas malas que pueden pasarte en la vida, ser Pablo Picasso o no ser Salvador Dalí
Salvador DalÃ
Todos llevamos al cuello el yugo de la monotonía, todos esperamos algo, el diablo sabrá qué... Sí, todos esperamos. Más confusamente unos que otros, pero la expectativa es de todos. El común de las personas...
José Saramago
La inmortalidad, concedida a todo Pedro y a todo Pablo, ha sido hasta ahora el atentado máximo contra la humanidad aristocrática, el atentado más maligno.
Friedrich Nietzsche
...Lo que él mismo no creía, creyéndolo los idiotas entre los cuales arrojó su doctrina. ? Su necesidad era el poder; con Pablo, una vez más quiso el sacerdote alcanzar el poder...
Friedrich Nietzsche
Inclinó hacia atrás el blanco cuello que se dilataba con un suspiro y desfallecida, deshecha en lágrimas con una largo estremecimiento y tapándose la cara, se entregó.
Gustave Flaubert
Los jóvenes deben esforzarse en aumentar siempre su determinación y su valentía. Esto solo podrá hacerse cuando la valentía esté enraizada en el corazón. Cuando el sable está roto, hay que atacar con las manos. Cuando las manos están amputadas, hay que servirse de los hombros. Cuando los hombros están cortados, hay que morder el cuello de diez o hasta de quince enemigo. Esto es realmente valentía.
Yamamoto Tsunetomo
... somos libres de seguir a Pablo, a Cefas o a Apolo, según la preferencia de cada uno.
Thomas Hobbes
Pablo, el odio, hecho carne, hecho genio, del chandala a Roma, a el mundo el judío eterno por excellence...
Friedrich Nietzsche
Podemos estar seguros de que el santo padre juan pablo segundo nos ve y nos bendice desde la ventana de la casa del padre-!!Si Bendiganos Santo Padre!!-
Benedicto XVI
No quiero nada para mí, todo lo quiero para Vizcaya (Bizkaia); ahora mismo, y no una sino cien veces, daría mi cuello a la cuchilla sin pretender ni la memoria de mi nombre si supiese que con ello habría de revivir mi Patria.
Sabino Arana
Hay que verlo para creerlo. Tus ojos estrellados y tu cuello de alabrasto me robaron el corazón.
James Joyce
Volar, volar, volar, como es Alberto volar al más allá... Tira, la soga de tu cuello tira, la soga de mi cuello tira y esto es verdad; y eran los tiempos de la primavera, dejaste tu sonrisa en ella y esto es verdad y la vida como viene va, no hay merienda si no hay capitán.
Fito Páez
Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, no se aparten nunca de tus ojos serán vida para tu alma y adorno para tu cuello. Así irás tranquilo por tu camino y no tropezará tu pie.
Salomón
Compro de todo. Pero no me puedo poner cualquier cosa. Lo guardo en el armario. Llevo unos pantalones negros de Stephen Sprouse, una camiseta negra, un jersey negro de cuello vuelto, una camisa negra, una chaqueta negra de piel y unas Adidas
Andy Warhol
Si una metafísica y una física como estas no son como filosofía, es que nada lo es, y San Pablo no habría tenido necesidad de advertirnos que nos guardásemos de ella.
Thomas Hobbes
Los hombres se atan al cuello un pañuelo celeste o rojo, con lo cual se ahorran juiciosamente la molestia de inventar un programa.
Rafael Barrett
Tan pronto como quedó libre, Sierva María le saltó al cuello, y permanecieron abrazados sin hablar mientras ella lloraba. Él la dejó desahogarse. Luego le levantó la cara y le dijo "No más lágrimas". Y enlazó con Garcilaso.
Gabriel GarcÃa Márquez
La América Española como la España entera
fija está en el Oriente de su fatal destino;
yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera
con la interrogación de tu cuello divino.
¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?
¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?
¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros?
¿Callaremos ahora para llorar después?
fija está en el Oriente de su fatal destino;
yo interrogo a la Esfinge que el porvenir espera
con la interrogación de tu cuello divino.
¿Seremos entregados a los bárbaros fieros?
¿Tantos millones de hombres hablaremos inglés?
¿Ya no hay nobles hidalgos ni bravos caballeros?
¿Callaremos ahora para llorar después?
Rubén DarÃo
No era el aire miserable de aquel tipo lo que nos daba miedo, ni el tumor que tenía en el pescuezo y que el borde del cuello postizo rozaba; sentíamos que elaboraba en su cabeza pensamientos de cangrejo o langosta. Y nos aterrorizaba que pudieran concebirse pensamientos de langosta...
Jean Paul Sartre
Los libros son como las mariposas. Habitualmente tienen las alas plegadas, como cuando las mariposas descansan dobre una hoja y desenrrollan su trompa filiforme para sorber el agua de una gota de rocío. Cuando abres un libro este echa a volar. Y tú con él, como si volaras en el cuello de plumón de una mariposa gigante. Pero el libro no tiene un único par de alas, sino cientos, clara señal de que te puede llevar no solo de flor en flor por este mundo glorioso, sino a centenares de mundos habitados. Algunos guardan gran parecido con el mundo en que vivimos, otros están habitados por seres que solo se muestran en sueños."
El ojo castaño de nuestro amor
El ojo castaño de nuestro amor
Mircea Cartarescu
La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tu sigues creyendo que eres un ruiseñor
Cógele el cuello de una vez, desnúdala,
túmbala y haz de ella tu pelea de fuego,
rellénale la tripa majestuosa, préñala,
ponla a parir cien años por el corazón.
Pero con lindo modo, hermano,
con un gesto propicio a la melancolía.
y tu sigues creyendo que eres un ruiseñor
Cógele el cuello de una vez, desnúdala,
túmbala y haz de ella tu pelea de fuego,
rellénale la tripa majestuosa, préñala,
ponla a parir cien años por el corazón.
Pero con lindo modo, hermano,
con un gesto propicio a la melancolía.
Roque Dalton
Al negro le corto el cuello. Me cago en la puta madre que parió al negro. Ya estoy harto de aguantar. Cuando no veo actitud me cargo a mi padre.
Jesús Gil y Gil
Gabriel se había hecho reembolsar el pasaje de regreso para quedarse en París, vendiendo los periódicos atrasados y las botellas vacías que las camareras sacaban de un hotel lúgubre de la calle Dauphine. Aureliano podía imaginarlo entonces con un suéter de cuello alto que sólo se quitaba cuando las terrazas de Montparnasse se llenaban de enamorados primaverales, y durmiendo de día y escribiendo de noche para confundir el hambre, en el cuarto oloroso a espuma de coliflores hervidas donde había de morir Rocamadour. Sin embargo, sus noticias se fueron haciendo poco a poco tan inciertas, y tan esporádicas y melancólicas las cartas del sabio, que Aureliano se acostumbró a pensar en ellos como Amaranta Úrsula pensaba en su marido, y ambos quedaron flotando en un universo vacío, donde la única realidad cotidiana y eterna era el amor. Cap. 20, Cien Años de Soledad
Gabriel GarcÃa Márquez
Si Jesús hubiera sido ejecutado hace veinte años, los niños cristianos no llevarían cruces en el cuello sino sillitas eléctricas.
Lenny Bruce
¿Es que no te acuerdas de lo que te dije en Berlín, cuando estábamos perdidos en el bosque, luchando para rebelarnos contra nuestro destino?
?Sí ?le contestó Tatiana, rodeándole el cuello con las manos, cerrando los ojos?. Dijiste que ya me habías dejado marchar una vez, que viviríamos juntos o moriríamos juntos.
?Eso es ?dijo Alexander?. Y esta vez, viviremos juntos.
?Sí ?le contestó Tatiana, rodeándole el cuello con las manos, cerrando los ojos?. Dijiste que ya me habías dejado marchar una vez, que viviríamos juntos o moriríamos juntos.
?Eso es ?dijo Alexander?. Y esta vez, viviremos juntos.
Paullina Simons