Refran en boca cerrada no entran moscas ( 7 )
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Juego que tiene revancha, no hay que tenerle miedo.
El que da lo que tiene, a pedir se queda.
A la vejez y a la juventud, espera el ataúd.
Las obras de caridad dicen quien es hombre de bondad.
La madre y la hija, por dar y tomar son amigas.
A quien vive pobre por morir rico, llámale borrico.
Zuncho flojo, peor que roto.
Sé osado y serás afortunado.
La practica hace al maestro.
Mala es la llaga que con vino no sana.
El que da lo que tiene no está obligado a dar más.
Allá van leyes, donde quieren reyes.
Una cosa piensa el borracho y otra el tabernero.
Conozco al viajero, por las maletas.
Árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza.
En gustos y colores, no discuten los doctores.
A hoy, lo veo; en mañana, poco creo.
Músico pagado, no toca un buen son.
No hay cuesta arriba sin cuesta abajo.
Mejor es paz con pobreza que turbación y riqueza.
De padres cantores, hijos jilgueros.
Quien al escoger, mucho titubea, lo peor se lleva.
Lo bien aprendido, para siempre es sabido.
Bebido con buenos amigos, sabe bien cualquier vino.
Al amo listo y avisado, nunca lo engaña el criado.
Donde tiene el tesoro el avariento, tiene el entendimiento.
Al amigo y al caballo, no hay que cansarlos.
La uva no es uva, hasta que está madura.
Dos por el conejo pelean, y llega el tercero y se lo lleva.
El hambriento, por sorber algo, sorbe el viento.
Cosa hecha aprisa, cosa de risa.
No temas a truenos ni a ratones, ni brujas ni supersticiones.
Donde uno piensa, otro sueña.
La fortuna es ciega y no sabe con quién juega.
A gran pecado, gran misericordia.
Con los hombres que no lo son, poca o ninguna conversación.
Ojo por ojo, diente por diente.
El sueño del piloto, si cierra un ojo abre el otro.
La avaricia y la ambición, congelan al corazón.
El vino es la ganzúa de la verdad.
