Colección de jose
El hombre que nada teme es tan fuerte como el que es temido por todo el mundo.
Otto Von BismarckHay clases de personas y personas con clase.
José Antonio Estupiñán LopezEl hogar es el lugar al que vas cuando no tienes otro sitio al que ir.
John Ney NieberSi asà fue, asà pudo ser; si asà fuera, asà podrÃa ser; pero como no es, no es. Eso es lógica.
Lévi-StraussNo son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino.
ConfucioUna mujer llega a la convicción de que es amada, más por lo que adivina, que por lo que le dicen.
Ninon de LenclosEl arte de vivir es sacrificar una pasión baja a otra más alta.
François MauriacLa obsesión por la búsqueda de la inmortalidad mata
Jaime Tenorio ValenzuelaNo se está realmente con los pobres sino luchando contra la pobreza.
Paul KleeLos Besos
No te olvides, temprana, de los besos un dÃa.
De los besos alados que a tu boca llegaron.
Un instante pusieron su plumaje encendido
sobre el puro dibujo que se rinde entreabierto.
Te rozaron los dientes. Tú sentiste su bulto,
en tu boca latiendo su celeste plumaje.
Ah, redondo tu labio palpitaba de dicha.
¿Quién no besa esos pájaros cuando llegan, escapan?
Entreabierta tu boca vi tus dientes blanquÃsimos.
Ah, los picos delgados entre labios se hunden.
Ah, picaron celestes, mientras dulce sentiste
que tu cuerpo ligero, muy ligero, se erguÃa.
¡Cuán graciosa, cuán fina, cuán esbelta reinabas!
Luz o pájaros llegan, besos puros, plumajes.
Y oscurecen tu rostro con sus alas calientes,
que te rozan, revuelan, mientras ciega tú brillas.
No lo olvides. Felices, mira, van, ahora escapan.
Mira: vuelan, ascienden, el azul los adopta.
Suben altos, dorados. Van calientes, ardiendo.
Gimen, cantan, esplenden. En el cielo deliran.
Lo poco que conozco del matrimonio procede de lo mucho que sé del divorcio.
David BrownLeer es el único acto soberano que nos queda.
Antonio Muñoz MolinaIr derecho acorta las distancias y también la vida.
Antonio PorchiaUn buen libro es aquel que se abre con expectación y se cierra con provecho.
Louise M NormandTodas las mujeres deberÃan casarse; los hombres, no.
Benjamin DisraeliNunca se desprende uno de lo que le pertenece, aunque lo tire o lo regale.
Johann Wolfgang Von GoetheTránsito
Como la música del tiempo
suena tu paso próximo. Resbala
tu sombra cual los dÃas en fluyente
transitar por mis surcos, como un agua.
Flotamos en el tiempo, en el continuo
ir del rÃo. Nos lleva. Nos desgasta
lentamente. Nos suena honda en el pecho
la rota frialdad de su cascada.
Fuimos de abril. TenÃamos
una luz inefable, como un ala.
Flor o pájaro o nombre
del amor, en el sueño y en la rama.
Fuimos también de mayo. Dulcemente
el mirar como un fruto se doraba
de presagios. Madura y entreabierta
la fresca pulpa en que el besar se abrasa.
El estÃo nos hizo arena ardiente,
carne encendida de besada playa
donde blancos caballos como espuma
por la sangre de agosto se avalanzan.
Como cuerpos de otoño nos amamos
bajo la luz dulcÃsima y dorada
y sentimos el cobre de noviembre
de hermosura sonar en nuestras almas.
Cuánto diciembre acude, cuánto enero
cerca del amor, la vida, la esperanza.
Por la nieve tus pasos cómo suenan
a rosas deshojadas.
Somos de tiempo, Soledad y tiempo
nos vuelven sombra y nada.
Tus Ojos
Y tus ojos, tus pétalos de luz,
aquellos ojos que resumÃan el estÃo,
vasijas de pureza,
agonizan de sombra en su prisión de nieve
y de silencio.
El mundo es una catedral helada.
"Scholia" 1978
Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrÃan acaparado.
Cantinflas