Te hice un primer puesto en el mundo de mis pensamientos.
En mi corazón un remolino de ternuras ha dejado un haz de arenas azules.
No creo que esté aquí de más. Aquí hace falta una mujer, y esa mujer soy yo.
Tu palabra fue más que una palabra y te hice ídolo en mi templo en llamas, donde estaremos hasta siempre... la muerte!.
Ausencia tuya nunca ha estado sola: tu recuerdo es el pasaporte de mis viajes.
Aquí hace falta una mujer, y esa mujer soy yo
El amor es la sed suspendida o un recinto callado de rebaños dormidos
Si tu ausencia no se hubiera eternizado, como una luz o una sombra, yo no estaría ausente. En un continuo viaje iría hacia ti, persiguiendo tu presencia.
Los astros tienen sueño, soñaré con los astros: es víspera del sueño.
Las estrellas están ebrias de cielo, y tú, vida, tú tienes tu estrella, y tú muerte, muerte, tienes la tuya...
La sed de los recuerdos tendrá lluvia de olvido
La mirada se anuda en las cosas que se sorprenden debajo de las piedras.
Tu nombre era innombrable, porque había naufragado en la playa de unos labios desierto.
Mi vida se llenó de sombras desde que nos separamos: alma
La danza de las hojas que caen es la danza de la muerte.
Hay almas que decaen como un atardecer si la luz la sorprende...
La sed de mi dolor solo espera un retorno, para calmar su sed de lámparas eternas.
La vida se desliza como ríos en curvas
Haré un desdoblamiento de emociones para darte mi vida.