Hay que acostumbrarse a vivir con los enemigos, ya que no a todos podemos hacerles nuestros amigos.
Las sociedades deben juzgarse por su capacidad para hacer que la gente sea feliz.
Lo que acostumbramos a llamar instituciones necesarias, muchas veces son instituciones a las que nos hemos acostumbrado.
Los partidos son un mal inherente a los gobiernos libres.
Más que las ideas, a los hombres los separan los intereses.