La nada es un infinito que nos envuelve: venimos de allá y allá nos volveremos. La nada es un absurdo y una certeza; no se puede concebir, y, sin embargo, es.
Gobernar siempre quiere decir hacer descontentos.
La moral descansa naturalmente en el sentimiento.
Los hombres mediocres, que no saben que hacer con su vida, suelen desear el tener otra vida más infinitamente larga.
Ni sacerdote ni soldado han de sentir la inquietud de la duda.
Tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe.
La justicia es la administración de la fuerza.
En la vida hay que tener en cuenta el azar. El azar, en definitiva, es Dios.
La historia me ha enseñado que solo aparecen los actos heroicos en las derrotas y en los desastres
La verdadera historia es la de las máximas y las opiniones, más que la de las guerras y los tratados
En todo lo que nos rodea y en todo lo que nos mueve debemos advertir que interviene en algo la casualidad.
La humildad, que no abunda entre los doctos, aún es menos frecuente entre los ignorantes.
Las gentes dichosas no conocen gran cosa de la vida: el dolor es el gran maestro de los hombres.
Solo se ejerce una fuerte acción sobre los individuos apelando a sus pasiones o a sus intereses, no a su inteligencia
Así como un día bien empleado nos procura un buen sueño, una vida bien vivida nos proporciona una muerte tranquila
La gente vive de los actos, no de las ideas.
La educación no es lo mucho que han aprendido de memoria, o incluso cuánto sabes. Se trata de ser capaz de diferenciar entre lo que sabe y lo que no.
Vagando restablece la armonía original que existió entre el hombre y el universo.
Nueve décimas partes de la educación es el estímulo.
Los amantes que aman verdaderamente no escriban su felicidad.