Frases de André Maurois ( 2 )

Casi todos los hombres ganan al ser conocidos.

El arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza.

Solo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa.

Es fácil hacerse admirar cuando se permanece inaccesible.

La confidencia descubre quién era o no digno de ella.

El horizonte es negro, la tempestad amenaza; trabajemos. Este es el único remedio para el mal del siglo.

La vida es un juego del que nadie puede retirarse, llevándose las ganancias.

Una fórmula para alcanzar la celebridad puede ser ésta: expresar ideas sencillas con claridad, ingenio y cortesía.

No decir más de lo que haga falta, a quien haga falta y cuando haga falta.

El amor a lo don Juan no es más que afición a la caza.

El primer deber del hombre es desarrollar todo lo que posee, todo aquello en que él mismo pueda convertirse.

Un matrimonio feliz, es una larga conversación que siempre parece demasiado corta.

Nada resiste tanto como lo provisional.

Si no quieres ser desgraciado trata a las catástrofes como a molestias, pero de ninguna manera a las molestias como a catástrofes.

Saben realmente vivir aquellos que se comparan fundamentalmente con gente que les va peor que a ellos.

Los caprichos pueden ser perdonados, pero es un crimen despertar una pasión duradera para satisfacer un capricho.

Todo artista es tan múltiple que el crítico no puede dejar de encontrar en él lo que busca resueltamente y a priori.

En los inicios de un amor los amantes hablan del futuro, en sus postrimerías, del pasado.

Nada nos puede impedir sentir esta maravillosa felicidad de ser preferidos a otros.

Es siempre absolutamente imprescindible saber distinguir lo que es posible de lo que no lo es