Mi surrealismo era combativo y revolucionario, el de ahora es estático y conservador.
El artista está obligado a vivir con los ojos abiertos y en ese momento la dictadura, la desocupación, la miseria, las huelgas, las luchas obreras, el hambre, las ollas populares crean una tremenda ...
El artista, el escritor, tienen que estar en la calle y meter la calle en los libros y en los cuadros.