La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren.
La conmiseración con los animales está íntimamente ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se puede afirmar seguro que quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una ...
Con ciertas personas vale más ser traicionado que desconfiar.
Todo amor genuino es compasión, y todo amor que no sea compasión es egoísmo.
Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario.
Un obstáculo capital del progreso del género humano es que la gente no escucha a quienes hablan con sensatez sino a quienes hablan más alto.
El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.
Quien ha perdido la esperanza ha perdido también el miedo: tal significa la palabra "desesperado".
Lo que la lluvia es para el fuego, la piedad lo es para la cólera
Nadie es realmente digno de envidia.
En la vejez se aprende mejor a esconder los fracasos; en la juventud, a soportarlos.
Por vida feliz hay que entender siempre "menos desdichada"; es decir, soportable. Y realmente, la vida no se nos ha dado para gozarla, sino para sufrirla, para pagarla.
La arquitectura es una música congelada.
La existencia no es más que un episodio de la nada.
El que no ama ya esta muerto.
Los pensamientos mas bellos, si no los escribimos, son irrecuperables, y de las amantes, si no las desposamos, procuramos huir alguna vez.
La rebeldía es la virtud original del hombre.
En las iglesias protestantes el objeto que más salta a la vista es el púlpito; en las católicas, el altar. Es un símbolo de que el protestantismo se dirige primariamente a la intelección: el cato...
Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de oscuridad para brillar.
El medio más seguro de no llegar a ser muy infeliz es no pretender ser muy feliz.