Frases de Arthur Schopenhauer ( 10 )

La vida es solo la muerte aplazada
Los hombres se parecen a esos relojes de cuerda que andan sin saber por qué. Cada vez que se engendra un hombre y se le hace venir al mundo, se da cuerda de nuevo al reloj de la vida humana, para que...
Para un autor para escribir como él habla es tan condenable como el defecto contrario, a hablar como él escribe, porque esto da un efecto pedante a lo que él dice, y al mismo tiempo lo hace difíci...

Entiendo por sabiduría el arte de hacer la vida lo más agradable y feliz posible.

El hombre conoce solamente lo aparencial, lo esencial de las cosas, lo no numérico, es incognoscible.

Vivir solo es el destino de todas las almas grandes.

Ningún dinero está más ventajosamente empleado que el que nos estafan: pues lo cambiamos directamente por prudencia

Bien puede decirse que la vida es un episodio que viene a perturbar inútilmente la sagrada paz de la nada

La conmiseración con los animales está íntimamente unida con la bondad de carácter; de tal manera que se puede afirmar, de seguro, que quien es cruel con los animales no puede ser buena persona

La modestia, en el hombre de talento, es cosa honesta; en los grandes genios, hipocresía.

Toda verdad atraviesa tres fases: primero, es ridiculizada; segundo, recibe violenta oposición; tercero, es aceptada como algo evidente

La fe es como el amor: no puede ser impuesta por la fuerza.

La superioridad de la inteligencia conduce a la insociabilidad.

El odio y el desprecio se excluyen mutuamente. En no pocos casos el odio a una persona tiene sus raíces únicamente en la estimación involuntaria de sus virtudes.
Lo que falta en la mayoría de las cabezas son dos cualidades emparentadas: juzgar y tener ideas propias. Ambas cualidades faltan de una manera increíble y los que no pertenecen a ellos no comprenden...

La soledad es el patrimonio de todas las almas extraordinarias

Las más excelsas, las más variadas y duraderas alegrías son las espirituales

El amor es la compensación de la muerte.

Del encuentro y adhesión de sus ardientes miradas nace el primer germen del nuevo ser.

Una vez satisfecha su pasión, todo amante experimenta una especie de desengaño, porque advierte que ha sido víctima de los engaños de la voluntad de la especie.