Aromas
Cuando regreso a casa no me lavo las manos
si es que he estado contigo un instante no más,
el aroma retengo que tú dejas en ellas
como una joya vaga o una flor ideal.
Por aquí huelo a rosa...
Presentación
Esta que viene aquí toda vestida
de un traje blanco y un negro sombrero
tiene la obligación de mi sendero
y las rosas y espinas de mi vida.
Porque una noche el ánima afligida,
musti...
Ante la poesía, tanto da temblar como comprender.
Los higos exigen el canastillo trenzado. Las cerezas, el cuenco de la mano. Las uvas la boca entreabierta.
Cada vez que tengo que espantar una mosca con la mano echo de menos el rabo.
El poeta debe caer como un halcón sobre su presa y dejarla en los huesos.
Penumbra
Nunca podrás ver nada claramente:
todo es zarzal, espinas y maraña.
En vano gastarás toda tu maña
contra el dorado pájaro latente.
Errado el tiro, vuelves bruscamente
el arma hacia otr...