250.000 personas se reunieron en Dublín para animarme en un autobús descapotable junto O'Connell St después de mi título mundial ganando la lucha en 1985. Nunca olvidaré el mar de caras sonriente...
Cada luchador tiene una historia que podría romper su corazón. Nos perdemos, nos lastimamos y todo se deshace. Eso es cuando es tan difícil mantenerse en el buen camino.