Cada hombre y mujer que nace en el mundo para hacer algo único y algo distintivo y si él o ella no lo hace, nunca se hará.
La tragedia de la vida a menudo no se encuentra en nuestro fracaso, sino más bien en nuestra complacencia, no en nuestro hacer demasiado, sino más bien en nuestro hacer muy poco, no en nuestro vivir...
Hay que tener en cuenta que la tragedia de la vida no consiste en no alcanzar su meta. La tragedia de la vida radica en que no tiene meta de alcanzar.
No es una desgracia morir con sueños incumplidos, pero es una calamidad no soñar.