Solo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.
El que vive de esperanzas corre el riesgo de morirse de hambre.
Donde mora la libertad, allí está mi patria.
Quien quiera ver prosperar sus negocios, consulte a su mujer.
No hay mejor predicador que la hormiga, que no dice nada.
El que vive de esperanzas, muere de sentimiento.
Tres podrían guardar un secreto si dos de ellos hubieran muerto.
Por un clavo se perdió una herradura, por ésta un caballo, y por éste el jinete, que fue capturado y muerto por el enemigo.
Ninguna nación fue arruinada jamás por el comercio.
No cambies la salud por la riqueza, ni la libertad por el poder.
Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y corrompido, escribe cosas dignas de leerse, o haz cosas dignas de escribirse.
El que compra lo superfluo, pronto tendrá que vender lo necesario.
La pereza viaja tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla.
El hombre descontento no encuentra silla cómoda.
Yo creo que el mejor medio de hacer bien a los pobres no es darles limosna, sino hacer que puedan vivir sin recibirla.
Los hombres son criaturas muy raras: la mitad censura lo que practica; la otra mitad practica lo que censura; el resto siempre dice y hace lo que debe.
Vacía tu bolsillo en tu mente, y tu mente llenará tu bolsillo.
Siempre tendremos razones para estar enfadados, pero esas razones, rara vez serán buenas.
Bastante, significa un poco más de lo que cada uno posee.
Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad.