La sed insaciable por todo lo que está más allá, y que la vida se revela, es la prueba más viva de nuestra inmortalidad.
Dios creó al gato para que el hombre pudiera acariciar al león.
Una pasión desenfrenada por el arte es un cáncer que devora todo lo demás.
Es hora de emborracharse! Para no ser los esclavos martirizados del tiempo, se emborrachan, se emborrachan sin parar! El vino, de poesía o de virtud, como usted desea.
En la literatura como en la ética, existe el peligro, así como la gloria, de ser sutil. Aristocracia nos aísla.
Lo que es emocionante de mal gusto es el placer aristocrático de ofender.
El poeta goza del incomparable privilegio de poder ser él mismo y los demás, como él desea.
La inspiración viene de trabajar todos los días.
Yo apenas puedo concebir un tipo de belleza en el que no hay melancolía.
La voluptuosidad única y suprema del amor radica en la certeza del mal cometido. Y los hombres y las mujeres saben que desde su nacimiento en el mal se encuentra en todo deleite sensual.
Estamos abrumados, cada momento, por la concepción y la sensación de tiempo. Y no hay más que dos medios de escape y olvidar esta pesadilla: el placer y el trabajo. El placer que nos consume. El tr...
Un artista es un artista solo debido a su exquisita sentido de la belleza, un sentido que lo muestra intoxicante placeres, pero que al mismo tiempo implica y contiene igualmente un exquisito sentido d...
El progreso, la gran herejía de la decadencia.
Incluso en los siglos que nos parecen ser los más monstruoso y absurdo, el apetito inmortal de la belleza siempre ha encontrado satisfacción.
Es por malentendido universal que todos estamos de acuerdo. Pues si por mala suerte, la gente se entendían, nunca estarían de acuerdo.
Para las tumbas solemnes, cerca de un cementerio solitario, mi corazón como un tambor sordo late marchas fúnebres.
Modernidad significa lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte cuya otra mitad es lo eterno y lo inmutable.
He cultivado mi histeria con placer y terror.
Nuestra religión es en sí profundamente triste - una religión de la angustia universal y una que, por su misma catolicidad, concede plena libertad a la persona y le pregunta nada mejor que se celeb...
¿Quién se atrevería a asignar al arte la función estéril de imitar a la naturaleza?