La sublimidad de la administración consiste en conocer el grado apropiado de las funciones que debe ejercer en diferentes ocasiones.
El espíritu de moderación debe ser también el espíritu del legislador.
La severidad de las leyes impiden su ejecución.
Lo que los oradores carecen de profundidad lo compensan con longitud.
El almuerzo mata la mitad de París, la cena la otra mitad.
El lujo arruina repúblicas, la pobreza, monarquías.
Ruinas de lujo repúblicas, la pobreza, las monarquías.
Los hombres deben ser lloraban a su nacimiento, y no en su muerte.
Las leyes se comprometen a castigar únicamente a los actos manifiestos.
Cuanto menos piensan los hombres, más que hablar.
La paz es un efecto natural del comercio.
Si solo quisiéramos ser felices, sería fácil, pero queremos ser más felices que los demás, y eso casi siempre es difícil, ya que consideramos a los demás más felices de lo que realmente son.