Mi madre salvó a cientos de animales en su vida. Dondequiera que encontró e hirió o animales necesitados o abandonados, se lo llevó a casa.
Oregon. Oregon. Oregon.
Bastaba con creer que ya no necesitaba tender mis manos desnudas, con saber que ver el pez bajo la superficie era suficiente. Que lo era todo. Era mi vida: como todas las vidas, misteriosa e irrevocab...