Al trasladarse de un río a otro, los wabanakis tenían que acarrear sus canoas y el resto de sus posesiones. Todos conocían el valor de viajar ligero y comprendían que ello requería dejar atrás a...
Es como si hubiera estado en la cuerda floja, tratando de mantener el equilibrio, y ahora, por primera vez, pisara terreno firme.