Frases de Dalai Lama


Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos.

La amistad solo podÃa tener lugar a través del desarrollo del respeto mutuo y dentro de un espÃritu de sinceridad.
Para poder valorar mejor a los demás, es importante primero reflexionar sobre el error de valorarnos a nosotros mismos y en la cualidad de apreciar a otros. Si estimamos a los demás, entonces nosotr...

Si nuestra mente se ve dominada por el enojo, desperdiciaremos la mejor parte del cerebro humano: la sabidurÃa, la capacidad de discernir y decidir lo que está bien o mal.

Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreÃr a los demás.
A través de la paz interior se puede conseguir la paz mundial. Aquà la responsabilidad individual es bastante clara ya que la atmósfera de paz debe ser creada dentro de uno mismo, entonces se podrÃ...
Se dice que nuestro enemigo es nuestro mejor maestro. Al estar con un maestro, podemos aprender la importancia de la paciencia, el control y la tolerancia, pero no tenemos oportunidad real de practica...

No debemos creer demasiado en los elogios. La crÃtica a veces es muy necesaria.

Es necesario ayudar a los demás, no solo en nuestras oraciones, sino en nuestra vida diaria.

Lo que somos se lo debemos al afecto. Los dÃas de nuestra existencia ocurren gracias al cariño

Si no perdonas por amor, perdona al menos por egoÃsmo, por tu propio bienestar.

La bondad o la maldad de los actos la determina su fruto.

El éxito y el fracaso depende de la sabidurÃa y la inteligencia, que nunca pueden funcionar apropiadamente bajo la influencia de la ira.
Una mente lúcida y un buen corazón acompañados por sentimientos cálidos, son las cosas más importantes. Si la mente no se dirige a los pensamientos positivos y elevados, nunca podremos hallar la ...

La muerte nos iguala a todos. Es la misma para un hombre rico que para un animal salvaje.

El medio para hacer cambiar de opinión es el afecto, no la ira.

Tanto el creyente como el no creyente son seres humanos. Debemos tenernos un gran respeto.

El enojo, el orgullo y la competencia son nuestros verdaderos enemigos.

Aunque haya religiones diferentes, debido a distintas culturas, lo importante es que todas coincidan en su objetivo principal: ser buena persona y ayudar a los demás.

Nuestra religión es simple: no existen templos ni complicadas filosofÃas.