Nada más libre que la imaginación humana.
Los sentimientos de nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la intensidad de nuestros sentimientos debilitan sus conclusiones y reducen al filósofo profundo a un mero plebeyo.
Sé filósofo... pero en medio de toda tu filosofía, sé hombre.
La costumbre es la gran guía de la vida humana.
El mero filósofo es un tipo humano que normalmente no goza sino de poca aceptación en el mundo al suponerse que no contribuye nada ni a la utilidad ni al placer de la sociedad, ya que vive alejado del...
Los errores en materia de religión son peligrosos; en filosofía son simplemente ridículos.
Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias.
La razón es, y solo debe ser, esclava de las pasiones.
La precisión es siempre ventajosa para la belleza, y el razonamiento riguroso para el sentimiento refinado. Vanamente exaltaríamos el uno despreciando el otro.
El más dulce e inofensivo camino de la vida conduce a través de las avenidas de la ciencia y del saber.
El razonar riguroso y preciso es el único remedio universal válido para todas las personas y disposiciones.
La belleza de las cosas existe en el espíritu de quien las contempla.
El hombre es un ser racional, y, en cuanto tal, recibe de la ciencia el alimento y la nutrición que le corresponde. Pero tan escaso es el alcance de la mente humana que poca satisfacción puede esperar...
La oscuridad es efectivamente penosa para la mente, como lo es para el ojo, pero sacar la luz de la oscuridad, por el esfuerzo que sea, ha de ser deleitable y producir regocijo.
Las Bellas Letras no son sino un retrato de la vida humana en diversas actitudes y situaciones.
Todo el mundo se queja de su mala memoria; nadie de su poco entendimiento.
La belleza está en el ojo del observador.
... lo único que podemos esperar de nuestra filosofía es una mayor estabilidad, si no una mayor verdad, a cuenta de su más exacta y meticulosa manera de proceder.
El hombre es un ser racional y continuamente está en busca de la felicidad que espera alcanzar mediante la gratificación de alguna pasión o sentimiento. Rara vez actúa, habla o piensa sin una finalida...
Parece una proposición que no admitirá mucha discusión que todas nuestras ideas no son sino copias de nuestras imprsiones, o, en otras palabras, que nos es imposible pensar algo que no hemos sentido p...