Dar gracias a dios por lo que se tiene, allí comienza el arte de vivir.
Advertir la vida mientras se vive, alcanzar a vislumbrar su implacable grandeza, disfrutar del tiempo y de las personas que lo habitan, celebrar la vida y el sueño de vivir, ése es su arte.
La humildad es nuestro contacto con la realidad.
La causa de la mayoría de los problemas de relaciones humanas está en la falta de reconocimiento mutuo.
El sabio es amable, el necio es áspero.
Dar es una medida del recuerdo.
El trabajo es la fortuna del hombre.
Cuando encontramos el amor encontramos también la razón y el sentido de la vida toda.
El malvado podrá ser muy inteligente, pero no sabio.
La vida es como las naranjas, hay que sacarles el jugo a tiempo.
Todo es prestado en este mundo, incluido uno mismo.
La cuestión está en qué tanto se hace con lo que se sabe.
El mal humor nos hace muy pequeños.
No te acostumbres a todo lo bueno que obtienes, para que puedas seguirlo viendo.
El necio es esclavo de sí mismo.
La oración es comunicación directa con el mismísimo dios.
La felicidad del ser humano depende de su buena voluntad básicamente.
El artista es siempre un perseguidor de la belleza.
Una de las sorpresas más agradables que podemos encontrar al comprometernos totalmente con algún proyecto específico es que surgen fuerzas y oportunidades que no hubiéramos imaginado hasta entonce...
La felicidad es cuestión de descubrirla en nuestras ventajas.