Frases de Edgar Allan Poe ( 4 )
Puede decirse que es un defecto ser demasiado profundo. La verdad no siempre está dentro de un pozo.
Un aspecto de austera, profunda e irremediable melancolía se cernía y lo invadía todo.
No es una suposición irracional pensar que, en una vida futura, consideremos un sueño nuestros pensamientos actuales.
Sueño, esos pedacitos de muerte. ¡Como los odio!
Bajo tales tormentos sucumbió lo poco que había de bueno en mí. Infames pensamientos convirtiéronse en mis íntimos. Los más sombríos, los más malignos de todos los pensamientos eran acariciado...
¡Eran más negras que las alas del cuervo de la tempestad!
Lo que el mundo llama genio es el estado de enfermedad mental que nace del predominio indebido de algunas de las facultades. Las obras de tales genios no son sanas en sí mismas, y reflejan siempre la...
Y en la profunda oscuridad permanecí largo tiempo atónito, temeroso... Soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido a soñar jamás
Las matemáticas constituyen la ciencia de la forma y la cantidad; el razonamiento matemático es simplemente lógica aplicada a la observación de la forma y la cantidad. El gran error está en supon...
Es la naturaleza de la verdad en general, como de algunos minerales, en particular, a ser más rica cuando más superficial.
El terror de mis relatos proviene de la densa oscuridad de mi corazón
Los límites que dividen vida de la muerte son en el mejor de vagos y vagos. ¿Quién dirá dónde termina uno y dónde empieza el otro?
Los cabellos grises son los archivos del pasado.
Deseo poder escribir algo tan misterioso como un gato
No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y ...
Las palabras no tienen el poder de impresionar la mente sin el exquisito horror de su realidad.
Nací insano, con grandes momentos de cordura horrible
En los corazones de los hombres más temerarios hay cuerdas que no se dejan tocar sin emoción.
Y Cosecharon los frutos maduros de su perdición.
Me había convertido en un esclavo preso en las redes del opio, y mis trabajos y mis planes cobraron el color de mis sueños