Todos tenemos nuestra casa, que es el hogar privado; y la ciudad, que es el hogar público.
Los bolsillos de los gobernantes deben ser de cristal.
El poder es como un explosivo: o se maneja con cuidado, o estalla.
Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad.
La política ha dejado de ser una política de ideales para convertirse en una política de programas.
El torero sigue siendo mítico y, cuando expresa la valentía el pueblo se enardece y los viejos entusiasmos reaparecen.
La buena didáctica es aquella que deja que el pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, sin notarlo, ir tomando buena dirección.
En política se está en contacto con la mugre y hay que lavarse para no oler mal.
Toda gran revolución política es una gran revolución moral. Toda gran revolución moral supone una gran revolución política.
Es difícil ser bueno y fuerte a la vez. Y, por lo común, cuando más fuertes se es menos razón se tiene.
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Más libros, más libres.