Sangra tanto el corazón del que pide, que hay que correr y dar, sin esperar.
No hay nada que sea más fuerte que un pueblo. Lo único que se necesita es decidirlo a ser justo, libre y soberano
Yo lo he dicho ya otras veces, soy el pequeño gorrión de una bandada inmensa, a quien Perón, el cóndor que domina las alturas, enseñó a volar cerca del cielo. (27 de octubre de 1951).
A la mujer de Franco no le gustaban los obreros, y cada vez que podía los tildaba de rojos porque habían participado en la guerra civil. Yo me aguanté un par de veces hasta que no pude más, y le d...
Donde existe una necesidad nace un derecho.
Vosotras mismas, espontáneamente, con esa cálida ternura que distingue a las camaradas de una misma lucha, me habéis dado un nombre de lucha: Evita. Prefiero ser solamente Evita a ser la esposa del...
Pongo junto al alma de mi pueblo, mi propia alma
Alpargatas sí, libros no.
No nos alcanzará el alambre de fardo para colgar a los contreras
(..) Por eso nunca me olvidé de las miserias de mi pueblo y pude ver sus grandezas. Ahora conozco todas las verdades y todas las mentiras del mundo. Tengo que decirlas al pueblo de donde vine. Y teng...
En la vida argentina ya no hay lugar para el colonialismo económico, para la injusticia social, ni para los traficantes de nuestra soberanía y nuestro porvenir
Como mujer siento en el alma la cálida ternura del pueblo de donde vine y a quien me debo.
La patria es el pueblo y nada puede sobreponerse al pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia
Ellos no ven en mí más que a Eva Perón. Los descamisados, en cambio, no me conocen sino como Evita
Ahora si me preguntasen qué prefiero, mi respuesta no tardaría en salir de mí: me gusta más mi nombre de pueblo. Cuando un pibe me nombra Evita me siento madre de todos los pibes y de todos los d�...
Me tienen sin cuidado los odios y las alabanzas de los hombres que pertenecen a la raza de los explotadores. Quiero revelar a los pueblos. Quiero incendiarlos con el fuego de mi corazón
Ladran Sancho, señal que cabalgamos.
De nada valdría un movimiento femenino en un mundo sin justicia social.
Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país
Por eso yo no puedo concebir al justicialismo sin Perón, y por eso he declarado tantas veces que yo soy peronista, no justicialista. Porque el justicialismo es la doctrina, en cambio el peronismo es ...