Creo que las cosas cambiaron como resultado de una cierta percepción de nuestra política. Cuando pasamos por nuestro período celoso, arrogante no exactamente nos gana amigos.
Recuerdo jugar al fútbol vestidos con trajes peculiares con unos amigos en Francia y riendo tan fuerte que ni siquiera podía ponerse de pie, y mucho menos patear la pelota.