Ah, pensar lo delgado velo que se encuentra entre el dolor del infierno y el paraíso.
Podemos luchar contra lo que está mal, pero si permitimos que nos odian, que es asegurar la derrota espiritual y nuestra semejanza con lo que odiamos.
Nuestros corazones se han embriagado con una belleza Nuestros ojos no podían ver.