El odio del contrario es el amor del semejante: el amor de esto es el odio de aquello. Así, pues, en sustancia, es una cosa misma odio y amor.
Lo último corrompido ¿no es el principio de lo engendrado?
A la proporción, semejanza, unión e identidad del infinito no te acercas más siendo hombre que siendo hormiga.
La diadema, la mitra, la corona no ensalzan la cabeza sin al mismo tiempo sobrecargarla; el manto real y el cetro no adornan el cuerpo sin molestarlo.
...; en la ley ha de consistir toda la teoría y en el juicio toda la práctica.
...la composición se disuelve, la complexión se cambia, la figura se muda, el ser se altera, la fortuna varía, permaneciendo siempre los elementos lo que son en sustancia y perseverando el principi...
Del Capricornio no digo nada porque me parece dignísimo merecedor del cielo por habernos hecho un beneficio tan grande al enseñarnos la receta con que pudimos vencer a Pitón, porque era preciso que...
Tembláis más vosotros al pronunciar la sentencia que yo al recibirla.
No importa cuán oscura sea la noche, espero el alba, y aquéllos que viven en el día esperan la noche. Por tanto, regocíjate, y mantente íntegro, si puedes, y devuelve amor por amor.
Con la suerte de su lado, usted puede hacerlo sin cerebro.
Puede ser que temes más a dictar sentencia sobre mí de lo que yo temo juicio.
El tiempo es el padre de la verdad, su madre es nuestra mente.
Pues bien, no es posible dar un principado a todos, no es posible que todos tengan la misma suerte, pero sí es posible que a todos se les ofrezca por igual
No hay muerte, pero tampoco permanencia de las individualidades numéricas.Solo permanece la sustancia única (la materia-alma universal) mutándose en nuevas individualidades.
Sofía.- Todo ello muestra con claridad que el esplendor, la excelencia y el poder consiste en los cuernos porque son cosas de héroes, bestias y dioses.
... nada es malo de forma absoluta, sino con respecto a alguna otra cosa,...
Sofía.- El cerdo no quiere morir por miedo a no ser cerdo, al caballo le asusta sobre todo el dejar de ser caballo.
Júpiter ha puesto en manos del juicio la espada y la corona:...
...haceos entender, porque todo el mundo tiene plena libertad para pronunciar su voto y quien calla se entiende que otorga.
De donde nuestra ligereza nos ha hundido, es preciso que de allí nos eleve la gravedad.