Algunos se equivocan por temor a equivocarse.
La superstición en que fuimos educados conserva su poder sobre nosotros aun cuando lleguemos a no creer en ella.
Pedir prestado no es mucho mejor que mendigar, así como el prestar con usura no es gran cosa menos que robar.
¿Cómo se llama al animal más temible? Preguntó un rey a cierto sabio. Y éste respondió: los salvajes le llaman tirano; los mansos, adulador.
Otras más variadas: El fin supremo de la ciencia es la verdad: el fin del Arte es el placer.
Ambos se dañan a sí mismos: el que promete demasiado y el que espera demasiado.
No es libre el que se ríe de sus cadenas.
El hombre más lento, que no pierde de vista el fin, va siempre más veloz que el que vaya sin perseguir un punto fijo.
La moza que piensa es tan estúpida como el hombre que se pinta.
Para mí la mayor belleza siempre se encuentra en la mayor claridad.
Si algunas cosas no te hacen perder el sentido de la razón, entonces usted no tiene ninguno que perder.
El fruto más mortal es asumido por el odio que uno injertos en una amistad extinguido.