Frases de Henri-Frédéric Amiel ( 2 )

El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive.

El que pide la nada la vida, pero la mejora de su propia naturaleza... es menos probable que nadie se pierda y residuos vida.

El orden es la necesidad de una gran persona y su verdadero bienestar.

El interés no es más que la supervivencia del animal en nosotros. La humanidad solo comienza a hombre con auto-entrega.

Las mujeres desean ser amados sin qué ni un para qué, no porque sean bonita, o bien, o bien educada o graciosa o inteligente, sino porque son ellos mismos.

En salud hay libertad. La salud es la primera de todas las libertades.

La verdad pura no puede ser asimilado por el público, sino que debe ser comunicada por el contagio.

El hombre se convierte en el hombre solo por su inteligencia, pero él es el hombre solo por su corazón.

Sin el hombre la pasión es una mera fuerza latente y la posibilidad, como el pedernal, que espera el choque del hierro antes de que pueda dar a luz su chispa.

Materialismo embrutece y se petrifica todo, hacer todo lo vulgar, y cada verdad falsa.

Acción y esclavizar a la fe cree, ambos a fin de no estar preocupado o incomodado por la reflexión, la crítica y la duda.

Vivir es querer sin descanso o restaurar cotidianamente la propia voluntad

Temen algunas mujeres la soledad de la viudez. No supieron ver que su vida tampoco fue descifrada por el marido. Y que la verdadera serenidad viene casi siempre del monólogo

El despecho es una cólera que tiene miedo de mostrarse; es un furor impotente que se da cuenta de su impotencia

El cielo, el infierno y el mundo están en nosotros. El hombre es un abismo.
La vida es corta y nunca tener demasiado tiempo para alegrar los corazones de aquellos que están viajando por el oscuro viaje con nosotros. Oh sea pronto para amar, date prisa en ser amable.

El orden es el poder.

El hombre solo entiende lo que está relacionado con algo que ya existe dentro de él

La paz de hecho no es la paz de principio

El niño ve lo que somos a través de lo que queremos ser; de ahí viene su reputación de fisonomista.