No puedes bajar dos veces el mismo rÃo, pues nuevas aguas corren sobre ti
Camino arriba, camino abajo, uno y el mismo.
Nada es permanente a excepción del cambio.
No hagas reÃr hasta el punto de dar motivo a la risa.
También los hombres dormidos son obreros que coadyuvan a lo que en el mundo se está haciendo
El sol se renueva cada dÃa. No cesará de ser eternamente nuevo
No hay que hablar y actuar como hijos de nuestros padres.
La salud humana es un reflejo de la salud de la tierra
Homero merecÃa que lo expulsaran de los certámenes y que lo apalearan, y ArquÃloco, otro tanto.
No escuchándome a mÃ, sino a la razón, sabio es reconocer que todas las cosas son una.
Porque sin fuerzas de colisión no hay movimientos y no hay realidad
Los que buscan oro excavan mucha tierra y encuentran poco.
Erudición no enseña sensatez, pues se la habrÃa enseñado a HesÃodo y a Pitágoras y aún a Jenófanes y a Hecateo.
El modo de ser humano no comporta capacidad de juicio; el divino sà la comporta.
Al mismo rÃo entras y no entras, pues eres y no eres.
Ha de luchar el pueblo por su ley, igual que por su muralla.
La enfermedad hace buena y agradable la salud, el hambre a la saciedad, el trabajo al reposo.
Lo sabio es la meta del alma humana y, a medida que se avanza en sus conocimientos, va alejando a su vez el horizonte de lo desconocido.
No está bien ocultar la propia ignorancia, sino descubrirla y ponerle remedio
El alma se tiñe del color de sus pensamientos. Piensa solo en aquellas cosas que están en lÃnea con tus principios y que puedan ver la luz del dÃa. El contenido de tu carácter lo eliges tú. DÃa a dÃa,...