Frases de Heródoto
Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba.

El mas acerbo dolor entre los hombres es el de aspirar mucho y no poder nada.

No intentes curar el mal por medio del mal.

De todos los infortunios que aluden a la humanidad, el más amargo es que hemos de tener conciencia de mucho y control de nada.

Está claro que no en una sola cosa, pero en muchos aspectos la igualdad y la libertad de expresión son una buena cosa.

La muerte es un escondite encantador para los hombres cansados.

Pero no me gustan estos grandes éxitos de los suyos, porque yo sé cómo son los celosos dioses.

Todas las ganancias de los hombres son el fruto de aventurarse.

Hombres suaves tienden a nacer de países suaves.

Los hombres confían en sus oídos menos que sus ojos.

Todavía no temía a los hombres que fijan un lugar aparte en el centro de las ciudades donde se reúnen para engañar a los otros y juramentos que se rompen.

Lo que viene de Dios, es imposible que un hombre se vuelva atrás.

Disturbios civiles es tanto un mal mayor que un esfuerzo de guerra concertada como la guerra misma es peor que la paz.

El peor dolor que un hombre puede sufrir: tener visión mucho y poder sobre nada.

Es mejor por noble osadía de correr el riesgo de ser sometidos a la mitad de los males que anticipamos que permanecer en la apatía cobarde por miedo a lo que pueda pasar.

Circunstancias hombres regla, los hombres no descartan circunstancias.

En la paz, los hijos entierran a sus padres. En la guerra, los padres entierran a sus hijos.

El hombre que ha planeado mal, si la suerte está de su lado, puede haber tenido un golpe de suerte, pero su plan era mala, no obstante.

Lo único bueno es conocimiento y el único mal es la ignorancia.

Pero contra malhechores extraordinarios, hay que disponer de extraordinarios recursos. Mandaremos