No podemos darnos el lujo de ir por los caminos sin salida del socialismo parlamentario o bolchevismo fascista.
La psicología de la brutalidad era peor que los golpes.
No podemos engañarnos a nosotros mismos que alguna vez será suficiente para derrocar el capitalismo. Si nos tomamos en serio que tenemos que organizarnos en nuestros lugares de trabajo y comunidades...