Era un hombre hecho a sí mismo que no le debía a nadie su falta de éxito.
Sabía todo sobre la literatura excepto como disfrutarla.
Cuando crezca yo quiero ser un niño.
Ha decidido vivir para siempre o morir en el intento.
El destino es una buena cosa cuando todo te va bien, cuando eso no es así, no se le llama destino, se le llama injusticia, traición o simplemente mala suerte.
Es verdad que optamos por la risa en casi todas las situaciones, con excepción de una que otra visita al dentista.
En esta vida algunos hombres nacen mediocres, otros logran mediocridad y a otros la mediocridad les cae encima.
He llegado por fin a lo que quería ser de mayor: un niño.
Después de los setenta, si te despiertas sin dolores es que estás muerto.
Me gustaría ver que el gobierno salga de la guerra por completo y dejar todo el campo a particulares.
Paz en la tierra significaría el fin de la civilización tal como la conocemos.
Quiero seguir mis sueños, incluso los malos, porque sin ellos, puede ser que no tienen nada durante toda la noche.
El destino es una buena cosa para aceptar cuando va de camino. Cuando no es así, no lo llaman destino, llamar la injusticia, la traición, o simplemente mala suerte.
Pero eso fue la guerra. Casi todo lo que encontró a su favor fue que pagó los niños y así liberarse de la influencia perniciosa de sus padres.