Cuando no se ha sabido vivir, menos aún puede saberse morir.
Los placeres son como los alimentos: los más simples son aquellos que menos cansan.
No basta con arrepentirse del mal que se ha causado, sino también del bien que se ha dejado de hacer
Los abusos, aun en el estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan.