La religión es el opio del pueblo.
Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado.
La historia no es ni hace nada. Quien es y hace es el hombre.
El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra.
La religión aporta satisfacciones imaginarias o fantasticas que desvían cualquier esfuerzo racional por encontrar satisfacciones reales.
Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo.
Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos.
El cristianismo. . . Imparte a los hombres una doble vida y ofrece los goces imaginarios del cielo como un solaz para las miserias reales de esta vida.
La religión es el reconocimiento del hombre mediante un rodeo, a través de un mediador.
La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas.
La manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría.
El motor de la historia es la lucha de clases.
El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
El hombre es el ser supremo para el hombre.
El progreso social puede ser medido por la posición social del sexo femenino.
La razón siempre ha existido, pero no siempre en una forma razonable.
El ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que un comité de administración de los negocios de la burguesía.
Los desposeídos tienen un mundo que ganar.
Es fácil ser heroico y generoso en un momento determinado, lo que cuesta es ser fiel y constante.
La única porción de fortuna es la felicidad familiar.