A la deriva en un blanco, océano de dudas.
El éxito es como un terrible desastre peor que tu casa ardiendo, los ruidos del derribo cuando las vigas caen cada vez más deprisa mientras tú sigues allí, testigo desesperado de tu condenación.
Las luces están dispuestas para iluminarnos desde el pasado.
Sin tiempo de pararse a pensar, la única esperanza es el próximo trago.
¿Esa estrella es amargura entre estrellas de amor? ¿Este carguero lleva a la eternidad? ¿Adónde vamos? Vida sálvanos a todos.
La fama como un borracho consume la casa del alma revelando que solo has trabajado para eso.
Suaves como palomas, los pensamientos vuelen de vuelta a casa.
Largo para mí como yo para ti, el olvido, lo que será inevitable, tras largo y negro del dolor.