Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces.
El verdadero dolor es el que se sufre sin testigos.
Es sincero el dolor del que llora en secreto.
No te hagas demasiado amigo de nadie: tendrás menos alegrías pero también menos penalidades.
La máxima virtud de un príncipe es conocer a los suyos.
Ni temas ni desees la muerte.
La Fortuna da demasiado a muchos, pero a ninguno bastante.
No me olvidaría de tu cara, tu cuello, tus manos, tus piernas, tu pecho y algunos otros de tus encantos.
No hay vida contigo, ni sin ti.