Frases de Marguerite Yourcenar ( 4 )

Pero cuando veo cuan pocas son las gentes que leen la Ilíada de Homero, me resigno más fácilmente a no ser leído

El sufrimiento nos hace egoístas porque nos absorbe por entero: solo más tarde, en forma de recuerdo, nos enseña la compasión.

Las leyes cambian menos rápidamente que las costumbres; son peligrosas cuando quedan a la zaga de éstas, pero aún lo son más cuando pretenden precederlas

Por mi parte creo que aquel espíritu inculto era de los que se dejan atrapar por sus propias mentiras, y que el fanatismo corría en él parejo con la astucia

La música me transporta a un mundo en donde el dolor sigue existiendo, pero se ensancha, se serena, se hace a la vez más quieto y más profundo, como un torrente que se transforma en lago

El amor y la locura son los motores que hacen andar la vida.

Hacer de cada espacio donde se esté, un lugar limpio, aireado, claro, un oasis para uno mismo y para los otros

La novela devora hoy todas las formas: estamos casi obligados a pasar por ella

La muerte es un sacramento del que solo son dignos los más puros: muchos hombres se deshacen, pocos mueren
El crimen del loco consiste en que se prefiere a los demás. Esta preferencia impía me repugna en los que matan y me espanta en los que aman. La criatura amada ya no es, para esos avaros, sino una mo...
Simplificando: se trata de luchar contra las malas inclinaciones; dedicarse hasta el fin al estudio; perfeccionarse en la medida de lo posible, y por fin por numerosas que sean las criaturas que vagan...

La filosofía epicúrea, ese lecho estrecho pero limpio

Comer carne es digerir la agonía de otros seres vivos

La costumbre nos hubiera llevado a ese fin sin gloria pero también sin desastres que la vida procura a los que no rehúsan su dulce embotamiento por el uso

La vida es el misterio de todo ser humano: es tan admirable que siempre se la puede amar.

El presente es un momento fugaz, aunque su intensidad lo haga parecer eterno

La posibilidad de quitarse la máscara en todas las ocasiones es una de las raras ventajas que reconozco a la vejez

Todos nos transformaríamos sin nos atreviéramos a ser lo que somos.
Siempre ha habido muchas razones para viajar, de las cuales la más simple -y ya compleja- consiste en hacerlo por la ganancia y por la aventura, dos móviles difícilmente separables incluso en el ca...

Creo que solo hubiera podido amar a un ser perfecto y soy demasiado mediocre para merecer que me aceptara, incluso si lo encuentro algún día.