sola en este mundo una mujer sin un hogar; el caer de la nieve.
¡Brotes en el otoño! tan fresco como la cara de una mujer enamorada.
Es el crepúsculo, cayendo sobre mi casa el fuego del cielo.
Mi deseo por ti calienta una baya verde en la palma de mi mano.
Viento de otoño, tan fugaz como tú se fue mi amor.
Brotes de otoño, como tú enamorada así de tiernos.
Llegó la primavera un camino pequeño donde incluso el sonido del viento no puede ser oído.
Deseando enamorarme, hago estallar una fresa en mi boca.
Grita un alcaudón, tanto así el corazón de la mujer.
Triste mujer, es su pelo teñido es el otoño.
Mi amor, mi amor... en la palma de mi mano agraces bayas.
Kimono fino del verano, no puedo resistirme a este amor ardiente.