Te quiero, Donna ?al ver que ella no contestaba, controló el estremecimiento
de pánico y siguió hablando con su mejor voz de mando?. Y será mejor que tú
también me quieras. Es una orden.
Jack la miró largamente. ¿Cómo había imaginado que podría vivir sin ella?
Durante todo el infernal trayecto por la autopista cubierta de agua en un Jeep
robado, mejor dicho, prestado, habí...