Así es el ser humano. Comenzad a alabarlo y entonces ya podéis hacer con él lo que se os venga en gana, pues os lo habéis metido en el bolsillo
¿Cómo se puede saber lo que una persona quiere y cuando lo quiere? ¿Cuándo ve como una falta de valor que no la bese y cuándo como una virtud supraterrenal?
Y junto al espejo había un par de zapatitos sobre la mesa, unas miniaturas que hasta a una gamuza diminuta le habrían quedado chicos, además de unos guantes pequeñitos, un pañuelito de bolsillo, ...
¿Para qué nos sirve la felicidad? cuando tal vez no sea sino la mayor obsesión que nos habita.
Poco puede uno confiar en aquellos a quienes no se les ocurre tomar en serio los problemas de los demás.
Las cosas como son, nos ponemos a soñar encantados con la gente que apenas hemos conocido y con las vivencias que aún nos adeuda el destino.