Frases de Milan Kundera ( 2 )
La seguridad es tan corrosiva como lo son las dudas.
El hombre cree que desempeña su papel en determinada obra y no sabe que mientras tanto han cambiado el decorado en el escenario sin que lo note y sin darse cuenta se encuentra en medio de una represe...
La coquetería es una propuesta de sexo sin garantía
El amor entre un hombre y un perro es un idilio.
La lucha del hombre contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.
La gente va sordos porque la música se juega cada vez más fuerte, sino porque van sordo, tiene que ser jugado más fuerte todavía.
El valor de un ser humano radica en la posibilidad de ampliar de uno mismo, para ir fuera de uno mismo, de existir en y para otras personas.
No hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera de uno propio dolor pesa tan pesado como el dolor que se siente por alguien, para alguien, el dolor se intensificó por la imaginación y prolong...
Todas las grandes novelas, todas las verdaderas novelas, son bisexuales.
Para ser un escritor no significa predicar una verdad, que significa descubrir una verdad.
Sentarse con un perro en una colina en una tarde gloriosa es estar de vuelta en el Edén, donde no hacer nada no era aburrido - que era la paz.
Usted puede entender nada de arte, el arte moderno en particular, si usted no entiende que la imaginación es un valor en sí mismo.
Aquellos que consideran el diablo para ser un partidario del mal y de los ángeles para ser guerreros para la buena aceptar la demagogia de los ángeles. Las cosas son claramente más complicado.
La borró de la fotografía de su vida no porque no la hubiese amado, sino, precisamente, porque la quiso.
No hay nada más repugnante para mí que los sentimientos fraternales basadas en la bajeza común la gente ve en el otro.
Cómo bondad aumenta belleza!
El misticismo y la exageración van de la mano. Un místico no debe temer el ridículo si es empujar todo el camino hasta los límites de la humildad de los plazos o de placer.
La felicidad es el anhelo de repetición.
El arte es el hombre de la materia sensible o inteligible para un fin estético.
La verdadera bondad humana, en toda su pureza y libertad, puede pasar a primer plano solo cuando su recipiente no tiene poder.