Los hombres de pasiones frías tienen un ojo certero
Ningún hombre puede llevar por mucho tiempo, por decirlo así, dos rostros: uno en público y otro frente a frente de su conciencia, sin que al fin llegue a no saber cuál es el verdadero.
Los ángeles no se afanan, sino que dejan que el trabajo fluya de ellos.
La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro.
Los únicos extremos sensibles de la literatura son, en primer lugar, el esfuerzo agradable de la escritura, en segundo lugar, la satisfacción de su família y amigos, y por último, el dinero contan...
El amor, ya brote por vez primera, o surja de cenizas casi apagadas, siempre tiene que crear un rayo de sol que llena el corazón de esplendores tales, que se esparcen en todo el mundo interior.
La vergüenza, la desesperación, la soledad: tales habían sido sus maestras; rudas y severas pero que la habían hecho fuerte, aunque induciéndola al error.
Sabido es que los atributos más delicados son también los que más pronto desaparecen.
La naturaleza humana, lo mismo que un árbol, no florecerá ni dará frutos si se planta y se vuelve a plantar durante una larga serie de generaciones en el mismo terreno ya cansado.
¿Qué haría un hombre, si se ve obligado a vivir siempre en el calor sofocante de la sociedad, y nunca podría bañarse en la fría soledad?
Un héroe no puede ser un héroe a menos que en un mundo heroico.
Pocas cosas hay tan feas en la naturaleza humana como esta tendencia a la crueldad, tan solo porque se tiene el poder de hacer daño que llegué entonces a notar en personas que después de todo no er...
Ningún hombre por un periodo considerable puede usar una cara a sí mismo y otra a la multitud, sin que finalmente conseguir confundido en cuanto a lo que puede ser la verdad.
El secreto es que he aprendido a hablar con las gallinas y los polluelos -repuso Phoebe, sonriendo.
Caricias, expresiones de una clase u otra, son necesarios para la vida de los afectos como las hojas son necesarias en la vida de un árbol.
Un artículo viejo, si se entrega con sonrisa amable, parecerá mejor que uno bueno entregado con el ceño fruncido.
No encuentro nada tan singular en la vida como el hecho de que todo parece perder su substancia en el instante en que uno va a tocarlo.
Las caricias son tan necesarias para la vida de los sentimientos como las hojas para los árboles. Sin ellas, el amor muere por la raíz.
El contraste y la mezcla de tragedia con alegría es cosa de todos los días, de todas las horas, de cada momento.
Para el hombre falso, el universo entero es falso, impalpable, y todo lo que palpa se convierte en nada. Y él mismo, mostrándose bajo un falso aspecto, se convierte en una sombra, o acaso cesa de ex...